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Receta de gazpacho andaluz

Receta de gazpacho andaluz

Hay platos que son la carta de presentación al resto del mundo de nuestra gastronomía. Por ejemplo, una receta de paella de marisco no puede ser más española, y el gazpacho también es uno de los platos más internacionales de nuestra gastronomía, una forma diferente de comer verduras y hortalizas que puede prepararse de infinidad de formas posibles e incluso puede ser una estupenda alternativa de consumo para aquellas personas a las que no les suelen gustar mucho las verduras, como los niños.

Los orígenes de este plato no son modernos sino que ya hay referencias de esta elaboración gastronómica allá por el siglo XIII, por tanto, existe una gran variedad de formas de elaboración diferentes, pero siempre manteniendo algunos ingredientes como la hortalizas y el aceite de oliva.

Aunque en sus orígenes era una comida de campesinos y pastores, hoy en día ha evolucionado y se ha convertido en una receta indispensable en algunos de los mejores restaurantes, especialmente durante la temporada de verano, dado que estamos hablando de una sopa fría, muy refrescante y nutritiva.

Para que un gazpacho salga a la perfección no importa solo la variedad de verduras y hortalizas sino que debemos apostar por la calidad de los productos. Para su preparación necesitaremos los siguientes ingredientes:

gazpacho
  • 800 gramos de tomates maduros de calidad.
  • 200 gramos de pan duro.
  • 1 cebolla.
  • 1 pimiento verde y otro pimiento rojo.
  • 2 dientes de ajo.
  • Medio pepino nacional.
  • Un vaso de aceite de oliva virgen extra.
  • 1/3 vaso de vinagre de Jerez.
  • Una cucharadita de pimentón dulce.
  • 1 cucharada de comino.
  • Sal (a discreción)
  • Agua.

Modo de elaboración del gazpacho andaluz

Comenzaremos lavando bien todas las verduras y hortalizas. Hay que recordar que si queremos que nos repita menos, debemos quitarle el alma o germen al ajo. Lo cortaremos todo en trozos medianos y lo pondremos en un bol grande.

Incorporaremos la mitad del vaso de aceite de oliva, el vinagre, el comino, el pimentón, el pan cortado en trozos no demasiado grandes, un poco de agua y la sal. Lo dejaremos macerando todo durante unas 12 horas en la nevera.

Al día siguiente sacaremos el bol de la nevera y picaremos las verduras de forma muy fina, bien sea con un cuchillo o con un rallador. Después pasaremos la mezcla por un chino, colándolo todo bien.

El siguiente paso es colocar la mezcla en un bol limpio y emulsionarlo todo con una batidora y añadiendo el resto del aceite a medida que lo vayamos necesitando hasta conseguir una textura tan cremosa como nos guste.

Es en este momento en el que debemos probar cómo está de sal y si se necesita debemos rectificarlo, al igual que sucede con el vinagre. Si está listo podemos servirlo a temperatura ambiente aunque si es verano lo más recomendable es prepararlo y meterlo en la nevera para que los sabores se asienten y adquiera frescor durante una o dos horas.

A la hora de servir podemos hacerlo en un pequeño bol o plato para cada comensal y acompañar al gazpacho de la guarnición que queramos. Puede ser huevo duro hilado o desmigado, costrones de pan crujiente o incluso algunas de las mismas verduras que hemos utilizado para la confección de este plato.

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